6/23/2006

Chau Cholo, te voy a extrañar

En los últimos días hay como un optimismo desmesurado con la victoria de Alan García en las elecciones presidenciales. El fantasma de Humala ha producido que muchos analistas vean sólo las virtudes y no los defectos del virtual mandatario. Como si el recuerdo del quinquenio 85-90 no sea más que un simple traspié de un hombre destinado a llevarnos hasta el desarrollo como Nación. Permítanme discrepar. No me trago esas imágenes candelejonas e ingenuotas de quien será nuestro próximo presidente.

Y ahora ha empezado a ejercer sin haberse puesto todavía la banda. No importa. Sólo que esa famosa cruzada del ahorro del gasto público ya me está empezando a cansar. Como si fuera el problema más grave por resolver. Además, como habíamos mencionado en un análisis anterior, este afán de recortar sueldos y planillas puede llevar a una fuga de talentos en la administración pública. Y ya sabemos todos quiénes llenarán ese vacío.

Por otro lado, nuestro inefable Alejandro Toledo está disfrutando de un efímero aumento de popularidad, por lo menos así lo dicen las encuestas limeñas. Yo también me apunto, Cholo, y te digo que no te vayas. Y es que Toledo como presidente ha tenido una única virtud: Ha sabido delegar el manejo económico del país en manos de auténticos profesionales. Con eso ya tiene su cuarto de página asegurada en la Historia del Perú. Y si el actual Congreso aprueba el TLC, puede pasar a ser media página.

Nunca el Perú ha crecido de manera tan estable que en el último quinquenio. Las exportaciones también han alcanzado picos históricos, el riesgo-país es bajo, el dólar permanece estable, etc. ¿Mérito de Toledo? Mérito más bien de los hombres que escogió para un manejo económico y de que no haya metido su cuchara en temas esenciales.

Había una frase de Toledo cuando estaba en campaña, allá por el 2001, que me hacía temblar: "Soy economista. Yo me encargaré personalmente del manejo económico". Felizmente esto nunca sucedió.

Por otro lado la situación nacional y global ha sido muy favorable a su gobierno. No hubo terrorismo, ni crisis asiática, ni Fenómeno de El Niño... Pruebas en las que probablemente habría fracasado, nunca sucedieron. Las crisis más graves que enfrentó –delegando en otros– fueron la intentona de privatización de la empresa de electricidad en Arequipa, Ilave y la escaramuza de Antauro Humala. Punto. El resto corrió con la suficiente tranquilidad como para tomarse buenas vacaciones en Punta Sal o en París.

Claro que en lo demás Toledo sale jalado. En su gobierno no ha hecho más que saltar de escándalo en escándalo, lleno de excesos, asesores, disparos al pie, Eliane, sus sobrinos, hermanos, tíos. Todo ello junto con su bajísima popularidad hasta el respiro que se le da hoy. Lo sorprendente es que, a pesar de todo este ruido político, las cifras hayan subido de una manera tan estable. ¿Estaremos los peruanos trabajando y produciendo independientemente de lo que hagan los políticos? Ojala fuese así.

Pero hay otra gran virtud en nuestro saliente presidente: No se quiso reelegir. Tal vez por temor a un fracaso. No importa, eso vale. Y se ha notado en estas elecciones, a pesar de los resultados obtenidos, poca intromisión del aparato estatal y de la farra fiscal. Quizás por eso algunos te pedimos que te quedes, Cholo, porque sabemos que de todas maneras te vas a ir.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy curioso. En unos pocos meses la popularidad de Toledo sube como la espuma. ¿Qué, recién se dio cuenta la gente que Toledo era una presidente aceptable? ¿O será simplemente que las baterías de la prensa -que durante todo su gobierno apuntaron hacia él- tuvieron como nuevo objetivo a Ollanta Humala? Otra cosa a considerar. Las encuestas de opinión generalmente se hacen en Lima y los medios de comunicación tienen mayor influencia en Lima. Así que por allí se puede ver una lógica en todo lo que está ocurriendo.

1:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Coincido totalmnte con el usuario anónimo anterior, Cecilia VAlenzuela, una vez que su patrón cobró sus 20,000 dólares, dejó de atacarlo con sus "INVESTIGACIONES", que hacían eco en toda la prensa chicha que tenemos, y enfiló todas sus baterías contra el cuco Ollanta.
Tambien es cierto que todas estas encuestas apuntan a favor de Toledo solo en Lima, donde se centraliza todo, pero en los pueblos del Perú donde no hay esperanza, allí dudo mucho que salga tan bien parado.

9:33 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La mesquindad de los peruanos es increible, somos capaces de negarle agua al aguatero. Toledo hizo un buen gobierno, y punto. Por eso en estos momentos el Peru está ubicado en un escenario prometedor. Decir que su único mérito fue dejar que otro hagan es de ignorantes. El verdadero gerente no es el que abre la puerta y clava el clavo, además de firmar cheques y autorizar pagos, realizar compras, etc. El verdadero y buen gerente (o presidente) es el que sabe contratar a los profesionales más adecuados. Recuerdo cuando estudiaba administracion había una muy breve definición que era "dejar hacer", o "hacer que los otros hagan". Eso es un presidente.

2:28 p. m.  

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