5/05/2006

¿Dónde quedó la Educación?

Mientras los virtuales candidatos a la segunda vuelta hacen campaña y buscan enemigos imaginarios para atacarlos: Alan - Chávez, Ollanta - Neoliberalismo, nosotros haremos un análisis –en éste y sucesivos artículos– de los principales puntos de sus respectivos planes de gobierno.

El primero de los temas es el más importante, pero a su vez, el más olvidado: la Educación. El actual gobierno no ha hecho mucho por mejorarla, simplemente se ha dedicado a poner computadoras en algunos colegios del país. Sin embargo, el Ministerio de Educación se ha preocupado, por lo menos, de hacer un análisis de cómo estamos en esta materia. Los resultados son verdaderamente desalentadores: en la prueba PISA aplicada a 41 países, el Perú quedó en último lugar. El 54% de los estudiantes obtuvo calificaciones de nivel 5 (pueden leer, pero no comprenden lo que leen). En otras pruebas aparece que en 6to de primaria sólo el 11% aprueba en comprensión de lectura; en matemáticas el resultado es de apenas 6,2% de aprobados y se reduce a un 2,4% en las escuelas públicas. Lo peor es que en el último concurso docente para nombramientos de plazas en el sector la nota promedio fue de 0,6.

Fernando Zavala, ministro de Economía, durante la lección de apertura del año académico de la Universidad de Piura en Lima, soltó estas cifras para reflejar que esta crisis será el principal problema que debe afrontar el próximo gobierno. Sin lugar a dudas es un patético y terrible endose para el que se ponga la banda presidencial el 28 de julio. Y, a pesar de lo dramático de la situación, ninguno de los dos candidatos establece soluciones concretas al problema en sus llamados planes de gobierno. En ellos, si bien se menciona el tema, no dejan de ser un catálogo de promesas, que no llegan al meollo del asunto.

El partido de la estrella en su llamado "resumen ejecutivo" del Plan de Gobierno – dudamos que haya un verdadero plan – menciona a la educación dentro de su tercer objetivo para el 2011 titulado: Necesidad impostergable del desarrollo humano. Allí aparecen 28 puntos concretos para mejorar la educación. De ellos destaca: fortalecer los programas de atención integral (educación, salud, nutrición y protección) para la primera infancia, adoptar políticas educativas que mejoren el rendimiento en las áreas de matemáticas, comunicación y comprensión de lectura, en los tres primeros años de educación básica y establecer exámenes nacionales para 6to.de primaria, 5to. de secundaria y magisterio proveniente de los institutos privados.

Por su parte, UPP en su plan de gobierno (punto 6.2), después de hacer una larga e indescifrable perorata sobre la situación educativa actual "ajena a la ética y estética del goce productivo de los pueblos nativos y originarios" (sic.) se propone recuperar el prestigio de la profesión docente en base a la calidad de su trabajo expresada en los avances del aprendizaje de los estudiantes; y además, la movilización intersectorial por la prioridad a la nutrición y a la salud de la primera infancia.

Luego, los dos planes de gobierno tienen para la educación una serie de objetivos buenos y rescatables, pero como diría el viejo adagio: El infierno está empedrado de buenas intenciones. El problema principal de ellos es justamente que no han detectado el problema principal. Aunque pueda sonar a trabalenguas es de sentido común que la solución de un hecho pasa por saber detectar y diagnosticar cuál es el problema que lo aqueja. La educación en el Perú tiene cáncer y hay que detectar el foco principal para inocular la quimioterapia adecuada.

Lamentablemente, ni Alan ni Ollanta se acercan, por asomo, al problema. Al Apra en su plan de gobierno ni siquiera se le ocurre hacer un diagnóstico previo de la situación de la educación, y UPP hace un diagnóstico malo, basado en lugares comunes y prejuicios con olor añejo a velascato. Sin tener claro el problema, difícilmente habrá soluciones. Y el problema, por las cifras que menciono arriba, es que no tenemos maestros de calidad. Aquellos hombres que eran respetados por su sabiduría, su carácter y sus enseñanzas son una especie en peligro de extinción.

¿Y cómo hacer para tener maestros de calidad? La respuesta es complicada. Más complicado aún es cómo hacer realidad esa solución y en cuánto tiempo lo conseguiremos. Los planes de gobierno mencionan como medidas paliativas programas de capacitación, aumentos de sueldo, exámenes, promesas y más promesas porque el papel aguanta todo. Sin embargo, la pregunta clave seguirá siendo el cómo. Mientras tanto, ninguno de los candidatos se atreve a mencionar siquiera el tema y se van por lo coyuntural. Los peruanos iremos a las urnas con muy poco tiempo para analizar verdaderas propuestas. Son los hijos del mañana los que sufrirán y es apenas el 11% los que comprenderán este artículo.